Un proyecto, enraizado en una zona residencial de City Bell, basado en la búsqueda de un lugar de encuentro, que permita el disfrute de diversas intensidades y energías. Un solar que pone a sus ocupantes en una relación más intima con la naturaleza.
El arte de armonizar espacios, conocido como Feng Shui, se ve íntimamente reflejado en esta propuesta. Una vivienda cuyo diseño arquitectónico se expresa más allá de su materialidad, luz natural, espacialidad y relación con su entorno.
Una planta única, más de 160 m² cubiertos, y una propuesta centrada en las grandes dimensiones de la volumetría, caracterizan este proyecto que los arquitectos Guillermo Teisceira y Verónica Pagniez materializaron en Costa Esmeralda, un lugar de veraneo en nuestra costa atlántica.
Rescatar en cada unidad funcional las cualidades y privacidad de la vivienda individual, pensada desde el interior al exterior, fue la premisa básica en este proyecto.
Una propuesta en Mar Azul, Provincia de Buenos Aires, de mínimos recursos materiales y formales. Una alternativa arquitectónica que garantiza la supervivencia de la belleza de su entorno natural.
En San Pablo, un artista plástico encargó a un grupo de arquitectos e ingenieros locales que le diseñaran una casa para usar como vivienda y estudio. Ambos objetivos, espacialmente reunidos pero funcionalmente separados, quedaron así cumplidos.
Con originales pinceladas minimalistas - racionalistas y dosis masivas de puro confort, estas tres casas, mimetizadas en un bosque marino de fábulas, se unen firme y claramente al paisaje de Costa Esmeralda. Un paraje de una geografía naturalmente privilegiada en nuestra Costa Atlántica.
De aspecto señorial, esta casa hace gala de su estilo arquitectónico de manera majestuosa como una escenografía soberbia que captura las miradas del lugar.
Una casa que se transforma en un paisaje de oportunidad, un hábitat de liberación, rodeado del icónico paisaje de Phoenix, Arizona, en los Estados Unidos de América.
Una propuesta, refugio de la vorágine cotidiana de una familia, cristalizada en Sierra de los Padres, Provincia de Buenos Aires, donde sólo se dejó al azar el canto de los pájaros, la luz natural y la suave brisa de las mañanas.